La transformación y People Analytics

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Recuerdo hace años en una conversación con mi padre, hicimos el ejercicio de analizar el vocabulario que habitualmente utilizamos en la actualidad en el mundo empresarial. Posteriormente él me daría su opinión sobre si realmente había percibido algún cambio respecto a su experiencia profesional. En una simulación, comencé a decirle:

Hoy en día, en un entorno VUCA, las empresas hablan de cultura corporativa y para ello llevan a cabo encuestas de clima laboral para analizar cómo implantar programas de “empowerment” y así conseguir más “engangement”. Posteriormente detectan a los “high potential” de sus organizaciones con el objetivo de diseñarles planes de carrera y mediante la implantación de planes 360º ayudarles a desarrollar su talento. Ah y en ocasiones, las compañías deben hacer outplacement…”

“Si además eres emprendedor, creas una startup y necesitas más capital para crecer, buscas “business angels” o “venture capital” para tu empresa aunque a veces se confunda si es “crowdfunding”, inversor, especulador u otros roles..”

“Y si a todo esto quieres añadirle algo más, añade innovación o disrupción, innovación abierta, desing thinking, lean, emprendimiento corporativo o proyectos de transferencia de conocimiento y ya está

Tras mi exposición, mi padre me miró y me dijo:

”Tratar bien al empleado para que sienta suya la empresa y cuidarlo para que pueda dar lo mejor de sí mimo. Colaborar con otras organizaciones para juntos llegar a más sitios ¡Ah! y el mejor inversor es tu cliente y si te hace falta más capital, que sea para acelerar tus  ventas pero que sean inversores, ¡cómo toda la vida!”

O dicho de otra forma, siempre estamos hablando de transformar. Analicemos algunos ejemplos:

  • Transformar las palabras que representan los mismos conceptos.
  • Transformar ese emprendedor en una corporación, con más o menos personas que forman parte de ella.
  • Transformar ese emprendedor en empresario, ese aprendiz en un profesional o ese profesional en directivo. Entre otros claro.
  • Transformar una necesidad en una solución, para así poder generar riqueza y repartirla.

Y a todas estas necesidades, a las que las empresas están dando respuesta hace años, hay que añadirle una nueva complejidad que viene dada por el fuerte impacto de las nuevas tecnologías que han revolucionado la forma (y las herramientas) en las que satisfacemos dichas necesidades, pero sin olvidar la esencia de las cosas. Es decir:

  • La sociedad siempre ha necesitado comunicarse. En su origen utilizando palomas mensajeras o jinetes que tardaban semanas para conseguir entregar sus mensajes. En pleno siglo XXI estos mensajes llegan en milésimas de segundo.
  • La sociedad siempre ha establecido espacios en los que comerciar con sus productos. Los mercados que pasaron a ser colmados hoy en día se han transformado en plataformas como Amazon, Alibaba o similares.

La sociedad siempre ha tenido la necesidad de formar a sus personas. En nuestra infancia los profesores escribían con tiza en la pizarra. Hoy en el siglo XXI, las pantallas táctiles o las aplicaciones de vídeo conferencias, han transformado esta forma de enseñanza.

Y así tantos casos como seguro que saben. Una vez analizados estos ejemplos, podemos y debemos aceptar que la transformación por tanto no es algo tan nuevo, lo que es realmente distinto son dos aspectos: la intensidad y la velocidad.

La transformación ha sido intensa porque ha habido cambios radicales en la forma de satisfacer dichas necesidades. La velocidad que antes se traducía en años ahora transcurre en días. ¡Todo va muy rápido!

Los cambios son tan intensos y tan radicales que lo vivido por nuestros padres o abuelos a lo largo de 20 años, hoy lo vivimos en cuestión de meses o incluso días. Sólo hace falta comparar cómo se consumían los contenidos a través de la radio o de la televisión y cómo se hace ahora con la aparición de herramientas como Youtube o similares.

Aceptando que el cambio y la transformación siempre nos han acompañado y asumiendo que el verdadero impacto es la velocidad y la intensidad de la misma, debemos preguntarnos:

¿Cuál es el punto de partida?

¿Cómo soy capaz de transformarme?

¿Cómo soy capaz de transformar mi organización?

Estas tres preguntas son las cuestiones que debemos ser capaces de respondernos si realmente queremos transformar nuestras organizaciones.

Primero debemos asumir que el punto de partida para la transformación parte de nosotros mismos como personas y que debemos gestionarnos para ser capaces de entender dicha transformación tan intensa y tan rápida. Y aunque si debemos conocer conceptos como Lean, Design Thinking, Open Innovation, Social Selling, IoT u otros, antes, debemos asumir que todo comienza en nosotros bajo un enfoque humano: en nuestra forma de percibir el cambio, de gestionar nuestras inquietudes, de superarnos, etc.

Además, debemos asumir que debemos aplicar la “transformación directiva”. Es decir, o nos transformamos nosotros mismos, transformamos nuestra forma de interactuar frente al cambio o nuestras organizaciones no cambiarán, porque como me dijeron una vez en Ecuador: ‘El pescado siempre empieza a apestar por la cabeza’ Y aquí es donde comienza la verdadera la transformación.

¿Cuál es el principal reto para conseguir llevar a cabo esta transformación directiva?

Descubrir tu punto de partida o índice de transformación. Es decir. Ponerte una nota a tu capacidad de transformación. ¡Y aquí es donde entra en juego en People Analytics! El reto de las organizaciones será ayudar a sus empleados a entender y asumir esta transformación, pero desde un enfoque claramente humano y humanístico.

¿Cómo?

Proporcionándoles información que les aporte objetividad. Y es en este punto, donde el uso del People Analytics juega un papel fundamental para poner al alcance de las personas, herramientas validadas con objetividad que permitan la toma de decisiones con la mayor garantía de éxito.

A modo de conclusión, me gustaría sólo recalcar un par de ideas:

1ª El cambio no es algo tan nuevo pues como ya lo decía Heráclito en el siglo V a. C. en uno de sus aforismos: ‘Lo único que permanece constante es el cambio

2ª De la actual transformación que estamos viviendo saldremos, pero será fundamental situar a la persona en el centro de nuestras estrategias, sea empleado, cliente, etc. Para ello, todos los datos que nos puedan ayudar deben ser bienvenidos, y, sobre todo, bien gestionados.

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ESCRITO POR

HR Blogger

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